La infertilidad se configura como una situación en la mayoría de los casos de estrés, que pone en riesgo la estabilidad emocional de las personas  que puede derivar en trastornos psicológicos mayores.

Un tratamiento de fertilidad conlleva:

• Trastornos de ansiedad y trastornos depresivos.
• Cambios drásticos en el estilo de vida.
• Sufrimiento e implicaciones emocionales que suponen una carga para la vida afectiva de la pareja.
• Estrés ante el régimen de visitas, medicación, intervenciones.

• Alteración de la propia identidad, la autoestima, la autoimagen y el autoconcepto.
• Sentimientos de angustias, tensión, desesperanza y sensaciones de descontrol interno. Soledad, aislamiento, rabia, tristeza, enojo, envidia, resentimiento, verguenza, temor, pesimismo.
• Incapacidad para poder pensar en otra cosa.
• Dificultades profesionales.
• Complicaciones en el entorno de amigos, familia.
• Indefensión aprendida. 

Por todo esto, con el acompañamiento de uno de nuestros coach tendrás recursos para poder abordar todas estas cuestiones  que irán apareciendo en un tratamiento de estas características.